Orujo de Aceituna y Alperujo

10/12/2024
por Biomket Marketplace

Orujo de Aceituna y Alperujo: Guía Completa sobre Valorización, Precios y Oportunidades de Mercado

El orujo de aceituna y el alperujo representan los principales subproductos de la industria oleícola española, generando anualmente cerca de 4 millones de toneladas de material que ha evolucionado de ser considerado un residuo problemático a convertirse en un recurso de alto valor para la economía circular. España, como primer productor mundial de aceite de oliva con aproximadamente el 50% de la producción global y una previsión de 1,26 millones de toneladas en la campaña 2024/25, enfrenta el desafío y la oportunidad de gestionar eficientemente estos subproductos que se generan durante los meses de campaña entre octubre y marzo.

La transformación tecnológica del sector oleícola, especialmente la adopción masiva de sistemas de extracción de dos fases en más del 90% de las almazaras españolas, ha modificado significativamente las características y el volumen del alperujo generado. Este material, rico en materia orgánica, aceite residual y compuestos bioactivos, ofrece múltiples vías de valorización que van desde la producción de energía mediante biomasa y biogás, hasta la extracción de aceite de orujo, compostaje para uso agrícola, y la obtención de compuestos de alto valor añadido como polifenoles y antioxidantes. El mercado del alperujo presenta una estacionalidad marcada, con variaciones importantes en precios según el contenido graso, humedad, ubicación geográfica y la demanda energética, convirtiéndose en un elemento clave para la sostenibilidad económica de almazaras y empresas de valorización.

Diferencias técnicas entre orujo de tres fases y alperujo de dos fases

El sistema de extracción del aceite de oliva determina fundamentalmente las características del subproducto resultante. En el tradicional sistema de tres fases, utilizado hasta los años 90, se obtenían tres productos separados: aceite de oliva, orujo sólido con baja humedad (30-40%) y alpechín como efluente líquido. Este sistema, aunque generaba un orujo más manejable por su menor contenido en agua, requería grandes cantidades de agua de proceso y producía alpechín altamente contaminante que debía gestionarse en balsas específicas.

El sistema de dos fases, adoptado masivamente en España desde finales de los años 90, utiliza como máximo un 10% de agua respecto a la entrada de aceituna y genera únicamente dos fracciones: aceite de oliva y alperujo. Este último presenta características muy diferentes al orujo tradicional, con una humedad del 60-70%, generando aproximadamente 80 kg de alperujo por cada 100 kg de aceituna procesada. Su riqueza grasa se sitúa entre el 1,9-2,5% en aceite residual, aunque esta cifra puede variar significativamente según la eficiencia de extracción de la almazara. La composición del alperujo incluye restos de piel, pulpa y hueso de aceituna mezclados con las aguas de vegetación, resultando en un material semisólido con alto contenido en materia orgánica (aproximadamente 91%) y pH ácido.

Producción y generación de alperujo en España

España genera anualmente entre 3,5 y 4 millones de toneladas de alperujo, una cifra directamente relacionada con la producción de aceite de oliva. Considerando que por cada litro de aceite de oliva se producen entre 4 y 5,78 kg de alperujo, la campaña 2024/25 con una producción estimada de 1,26 millones de toneladas de aceite generará un volumen considerable de este subproducto. Andalucía concentra más del 80% de la producción nacional, seguida de Castilla-La Mancha y Extremadura, convirtiendo a estas regiones en focos principales para el desarrollo de infraestructuras de valorización.

La estacionalidad es una característica fundamental del alperujo. La campaña oleícola se concentra entre octubre y marzo, con picos de producción entre noviembre y enero, lo que genera desafíos logísticos importantes para las almazaras que deben gestionar grandes volúmenes en periodos cortos. Esta concentración temporal influye directamente en los precios, la disponibilidad de transporte y la capacidad de las plantas de valorización para procesar el material. Fuera de campaña, algunas extractoras trabajan con alperujo almacenado o importado de otros países productores para mantener su actividad durante todo el año.

Precio del alperujo: factores determinantes y rangos de mercado

El mercado del alperujo en España ha experimentado cambios significativos en los últimos años, evolucionando desde un modelo donde las extractoras compraban el material hasta situaciones donde cobran un canon por su retirada. Los precios del alperujo dependen de múltiples factores interrelacionados que hacen de este mercado uno especialmente complejo y variable.

El contenido graso es el factor más determinante en el precio. Un alperujo con mayor porcentaje de aceite residual resulta más atractivo para las extractoras, permitiendo mejor rentabilidad en la producción de aceite de orujo. Los valores típicos oscilan entre 1,5% y 3% sobre materia húmeda, aunque pueden alcanzar niveles superiores en función de la eficiencia de la almazara y el tipo de aceituna procesada. La humedad representa el segundo factor crítico: un alperujo con humedad superior al 70% requiere mayor inversión energética para su secado y procesamiento, reduciendo su valor comercial. Las almazaras que realizan segunda centrifugación o repaso del alperujo obtienen un material más deshuesado pero con menor contenido graso.

La ubicación geográfica influye notablemente en las condiciones comerciales. En zonas con alta concentración de almazaras pero escasas plantas de valorización, como ocurre en algunas comarcas de Jaén o Córdoba, el alperujo puede tener valor negativo, es decir, las almazaras deben pagar por su retirada. Por el contrario, en áreas con mayor demanda energética o proximidad a plantas de biomasa, el material puede alcanzar valores positivos. Los costes de transporte son determinantes, especialmente considerando que el alperujo contiene 60-70% de agua, haciendo inviable económicamente el transporte a largas distancias superiores a 100-150 km.

Durante la campaña 2024, la situación del mercado ha mostrado gran heterogeneidad. Mientras algunas grandes extractoras han establecido cánones de recogida variables entre 5 y 15 euros por tonelada que cobran a las almazaras, otras instalaciones de biomasa y biogás ofrecen comprar el material, especialmente si presenta características favorables. El orujillo (alperujo ya deshuesado y seco tras pasar por la extractora), utilizado como biocombustible, se comercializa en rangos de 40 a 80 euros por tonelada dependiendo de su poder calorífico y humedad residual, siendo comparable en precio con otros combustibles de biomasa como el pellet o la cáscara de almendra.

Aplicaciones principales y cadena de valorización

Extracción de aceite de orujo de oliva

La principal vía de valorización del alperujo es su procesamiento en extractoras o industrias orujeras para obtener aceite de orujo de oliva. Estas plantas industriales reciben el alperujo fresco de las almazaras y mediante procesos de secado, deshuesado y extracción con disolventes autorizados, obtienen el aceite residual que posteriormente se refina para consumo humano. Este proceso genera adicionalmente dos subproductos de gran valor: el hueso de aceituna, utilizado como biocombustible de alta calidad, y el orujillo agotado. Las extractoras españolas procesan anualmente millones de toneladas de alperujo, representando un sector industrial que genera empleo estable durante todo el año, a diferencia de la estacionalidad de las almazaras.

Biomasa energética y cogeneración

El aprovechamiento energético del alperujo mediante combustión directa o cogeneración ha sido tradicionalmente una vía importante de valorización. El poder calorífico del alperujo seco se sitúa en torno a 4.000-4.500 kcal/kg, aunque su alta humedad requiere un secado previo que consume parte de la energía obtenible. El hueso de aceituna separado presenta valores superiores, alcanzando 4.500-5.000 kcal/kg con humedad inferior al 10%. Numerosas instalaciones industriales, especialmente en el sector cerámico, alimentario y de secado, han incorporado calderas de biomasa que utilizan orujillo como combustible principal, contribuyendo a la descarbonización industrial y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.

Producción de biogás y biometano

La digestión anaerobia del alperujo para producir biogás y biometano representa una de las aplicaciones más prometedoras y en crecimiento. Aunque el alperujo presenta ciertos retos técnicos por su naturaleza lignocelulósica y contenido en compuestos fenólicos que pueden inhibir los procesos microbiológicos, la co-digestión con otros sustratos orgánicos permite optimizar la producción de metano. Proyectos recientes en Andalucía han demostrado la viabilidad técnica y económica de estas instalaciones, que pueden procesar entre 100.000 y 250.000 toneladas anuales de alperujo, generando biometano inyectable a la red gasística o utilizable como combustible para transporte. Estas plantas contribuyen además a la economía circular al generar digestato utilizable como fertilizante.

Compostaje y uso agrícola

El alperujo presenta características apropiadas para procesos de compostaje, aunque requiere mezcla con otros materiales estructurantes y fuentes de nitrógeno para equilibrar la relación C/N. Diversas experiencias en cooperativas oleícolas han desarrollado plantas de compostaje que procesan alperujo mezclado con restos de poda de olivar, estiércol y otros residuos orgánicos, obteniendo compost de calidad para uso agrícola. El proceso de compostaje requiere aproximadamente 20-30 semanas e inversión en infraestructuras de volteo y control de temperatura, pero permite cerrar el ciclo devolviendo al campo en forma de abono orgánico los nutrientes extraídos durante la cosecha. El compost resultante presenta alto contenido en potasio y materia orgánica, siendo especialmente valorado en agricultura ecológica.

Extracción de compuestos bioactivos

El alperujo contiene importantes cantidades de polifenoles, antioxidantes y otros compuestos bioactivos de alto valor para las industrias farmacéutica, cosmética y de suplementos nutricionales. El hidroxitirosol, uno de los antioxidantes más potentes conocidos, se encuentra en concentraciones significativas en el alperujo y puede extraerse mediante tecnologías avanzadas. Aunque esta vía de valorización requiere inversiones importantes en equipamiento especializado y procesos de purificación, ofrece los mayores márgenes de rentabilidad por kilogramo de alperujo procesado. Algunas plantas integran la extracción de compuestos bioactivos con otras vías de valorización en esquemas de biorrefinería que maximizan el aprovechamiento del material.

Alimentación animal y otras aplicaciones

El uso del alperujo en alimentación animal está limitado por su contenido en compuestos fenólicos que pueden resultar antinutricionales, especialmente para monogástricos. Sin embargo, tras procesos adecuados de secado y mezcla con otros ingredientes, puede incorporarse en pequeñas proporciones en raciones para rumiantes, aunque la normativa europea establece restricciones específicas. Aplicaciones emergentes incluyen la producción de bioplásticos, la obtención de enzimas industriales, el desarrollo de colorantes naturales y la producción de biocombustibles avanzados de segunda generación, aunque estas vías se encuentran mayoritariamente en fase de investigación o desarrollo piloto.

Logística y modelos de comercialización

La gestión logística del alperujo representa uno de los principales desafíos operativos durante la campaña oleícola. Las almazaras deben evacuar diariamente grandes volúmenes de material con alta humedad que no puede almacenarse prolongadamente sin generar problemas de fermentación, lixiviados y malos olores. Los modelos de comercialización varían significativamente según la región y el tamaño de las instalaciones.

Las grandes cooperativas y agrupaciones de almazaras suelen establecer contratos anuales con extractoras o plantas de valorización que garantizan la retirada del alperujo durante toda la campaña a condiciones predeterminadas. Estos acuerdos especifican características mínimas del material (contenido graso, humedad máxima), condiciones de entrega y precio o canon aplicable. Las almazaras de menor tamaño pueden vender directamente a plantas locales, aunque frecuentemente obtienen condiciones menos favorables al no tener capacidad de negociación de volumen. La figura de intermediarios que agregan alperujo de múltiples almazaras pequeñas para negociar mejores condiciones con las plantas de valorización ha ganado importancia en los últimos años.

El transporte del alperujo, realizado mayoritariamente mediante camiones bañera o volquete, representa un coste significativo que puede oscilar entre 0,03 y 0,08 euros por kilogramo-kilómetro dependiendo de distancias y volúmenes. Considerando que más del 60% del peso es agua, optimizar las rutas de recogida y minimizar distancias resulta fundamental para la viabilidad económica. Algunas almazaras realizan inversiones en sistemas de prensado o centrifugación adicional para reducir la humedad antes del transporte, aunque esto implica menor contenido graso en el material resultante.

Marco regulatorio y clasificación como subproducto

El alperujo ha experimentado una importante evolución en su consideración legal, pasando de ser considerado residuo a obtener la clasificación como subproducto cuando se destina a usos específicos. La Orden TED/92/2022, de 8 de febrero, establece que los orujos grasos procedentes de almazara destinados a la extracción de aceite de orujo de oliva crudo tienen consideración de subproducto cumpliendo los requisitos establecidos en la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

Esta clasificación implica que el material no está sujeto a la normativa de residuos cuando se destina a valorización autorizada, simplificando trámites administrativos y favoreciendo la economía circular. Sin embargo, las almazaras deben mantener registros cronológicos de las cantidades producidas, destinos y características del alperujo generado. Cuando el alperujo se destina a usos como compostaje, producción de biogás o aplicación directa al suelo, deben cumplirse requisitos adicionales establecidos en normativas autonómicas específicas, como el Decreto 4/2011 de Andalucía que regula el uso de efluentes de almazara como fertilizante.

En el ámbito de la alimentación animal, el alperujo está sujeto a la normativa de subproductos animales no destinados al consumo humano (SANDACH), estableciendo límites y condiciones estrictas para su uso. Las ayudas públicas para infraestructuras de valorización de alperujo, como las establecidas en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2022 con dotaciones superiores a 13 millones de euros, requieren que las empresas beneficiarias cuenten con participación de al menos un 30% de entidades productoras de alperujo en su capital social, fomentando así la integración vertical del sector.

Innovación y casos de éxito en la valorización del alperujo

El sector oleícola español ha desarrollado múltiples iniciativas innovadoras que demuestran el potencial del alperujo en modelos de economía circular. Plantas de valorización integral procesan más de 100.000 toneladas anuales de alperujo mediante esquemas de biorrefinería que combinan extracción de aceite, separación de hueso para biomasa, obtención de hidroxitirosol y otros polifenoles, y producción de fertilizantes, maximizando el valor extraíble de cada tonelada procesada y alcanzando el objetivo de "residuo cero".

Proyectos de biogás y biometano en diferentes comunidades autónomas han demostrado capacidad para procesar el 40% del alperujo generado regionalmente, con inversiones superiores a 300 millones de euros que producirán más de 1 TWh de biometano anualmente, equivalente al consumo de 200.000 hogares. Estas instalaciones utilizan tecnologías avanzadas que incrementan el potencial de producción de biogás en un 20% mediante pretratamientos optimizados del alperujo. La integración con otras industrias, como la producción de metanol verde, hidrógeno renovable y combustibles sostenibles de aviación a partir del CO2 biogénico capturado, representa la frontera de la valorización avanzada.

En el ámbito del compostaje, experiencias desarrolladas por agrupaciones de almazaras han establecido plantas piloto que procesan miles de toneladas de alperujo mezclado con restos de poda y biomasa del olivar, generando compost certificado como enmienda orgánica que se comercializa o distribuye entre los socios agricultores, cerrando el ciclo productivo. Estos proyectos han demostrado viabilidad técnica y aceptación agronómica, aunque requieren inversión en infraestructuras y período de maduración del proceso.

Desafíos y perspectivas futuras del sector

A pesar de los avances en valorización, el sector enfrenta importantes desafíos estructurales. La viabilidad económica de las extractoras tradicionales se ve comprometida cuando procesan alperujo con contenido graso inferior al 1,6% y humedad superior al 70%, especialmente tras la eliminación progresiva de primas a la cogeneración eléctrica que sustentaban parte del modelo de negocio. Esto ha llevado a situaciones donde algunas plantas han reducido actividad o establecido cánones de recogida que penalizan a las almazaras.

La estacionalidad concentrada en 5-6 meses genera picos de producción que saturan la capacidad instalada de valorización, especialmente en provincias como Jaén donde se concentra la producción. Desarrollar capacidades de almacenamiento seguro del alperujo o establecer calendarios de recogida escalonados representa una necesidad para optimizar el funcionamiento de las plantas de valorización que requieren alimentación continua durante todo el año para rentabilizar inversiones.

Las perspectivas futuras del sector apuntan hacia mayor diversificación de vías de valorización y desarrollo de modelos de biorrefinería que extraigan múltiples productos de alto valor antes de destinar el material remanente a usos energéticos. La producción de biocombustibles avanzados, bioplásticos, ingredientes funcionales para alimentación y cosmética, y moléculas plataforma para la industria química representan oportunidades que requerirán inversión en I+D y escalado industrial. El apoyo regulatorio mediante incentivos a la economía circular, financiación de proyectos innovadores y simplificación administrativa para nuevas vías de valorización será determinante para el desarrollo del sector.

Conclusiones y oportunidades comerciales

El alperujo ha transitado definitivamente desde su consideración como residuo problemático a ser reconocido como un recurso valioso con múltiples vías de aprovechamiento que contribuyen a la sostenibilidad y rentabilidad del sector oleícola español. Las 4 millones de toneladas generadas anualmente representan un potencial energético, nutricional y químico considerable que el sector está aprendiendo a valorizar mediante tecnologías cada vez más eficientes y sostenibles.

Para las almazaras, optimizar las características del alperujo generado mediante ajustes en los procesos de extracción, segunda centrifugación o reducción de humedad puede transformar un coste de gestión en una fuente de ingresos complementarios. Establecer relaciones comerciales estables con plantas de valorización mediante contratos plurianuales aporta seguridad operativa durante la campaña. Para las empresas de valorización, la diversificación de productos extraídos del alperujo, desde aceite de orujo hasta compuestos bioactivos y biocombustibles avanzados, permite incrementar márgenes y reducir dependencia de primas energéticas.

El sector energético encuentra en el alperujo y sus derivados (orujillo, hueso de aceituna, biogás) fuentes renovables de energía que contribuyen a objetivos de descarbonización y autoconsumo industrial. El sector agrícola puede cerrar ciclos mediante el uso de compost de alperujo, reduciendo dependencia de fertilizantes sintéticos y mejorando la salud de los suelos olivareros. En este contexto, plataformas digitales especializadas en la comercialización de subproductos agrícolas como Biomket facilitan la conexión eficiente entre generadores de alperujo durante la campaña oleícola y empresas de valorización con capacidad de procesamiento, optimizando logística, condiciones comerciales y contribuyendo al desarrollo de una verdadera economía circular en el sector oleícola español.